lunes, 27 de julio de 2015

ROMANCE DEL SALVADOR (Memoria Histórica de nuestra democracia)

El padre Sabino Arana,
profeta y predicador,
precursor, como el Bautista,
de Arzálluz, vaticinó:
--“Un líder devolvería
toda gloria y esplendor
que el pueblo vasco tenía
bajo una cruel opresión”--.
Brotó Arzalluz en Euskadi
como rutilante flor.
Los extraños no sabemos
si fue una estrella o el sol
quien se estremeció en el cielo
cuando este Javier nació.
Pudo ser cualquier estrella,
pudo estremecerse Orión,
pudo la estrella polar,
acaso, la Osa Mayor;
aunque el sentido común,
ése, sí se estremeció.
Desde que Arzalluz llegara
reina en Euskadi el follón.
Como heredase de Arana
mil chorradas y una tos,
a sabiendas de infinitos
los necios de Salomón,
él cogió el tren mitinero,
micrófono y altavoz,
para embaucar a los necios
con la raza superior,
erres haches negativos,
la diferencia en la voz,
los ancestros más antiguos
que la propia creación.
Así encontró el chollo padre.
Ni el propio Arana soñó
fuese el momio tan rentable:
del mitin a la reunión,
sin ceder palabra a nadie,
sin un rebote a su voz,
memeces, sólo las suyas,
puesto que regenta a Dios.
En cada testa vacía
muchas chorradas sembró
y, porque crezcan, las riega
con el agua del Nervión.
De la tarima a la mesa
y las kokotsas en flor,
la merluza, a la koskera,
bacalao con pimentón
y angulas, en abundancia
y picantes de sabor;
y después, sobre las brasas,
un soberbio chuletón
regado con un buen vino
         (Vega Sicilia es mejor)
aunque no es malo un Rioja
para aclararse la voz;
que, aunque sea vino maketo,
por venir de otra nación,
Javier Arzalluz lo acoge
y euskalduniza el alcohol.
Y es que gritar contra el viento
que es un vasco superior,
si exige en el PNV
la autodeterminación,
al que dice en castellano
sentirse vasco-español,
es un esfuerzo tremendo;
pues luchar contra razón
consume más energía
y produce más sudor
que cortar un tronco gordo
o conquistar el  Peñón,
y es preciso reponer
cuanto el esfuerzo gastó.
Mientras haya parturientas
pariendo, de mogollón,
imbéciles a barullo
y memos al por mayor,
mantiene el chollo seguro
como enviado de Dios.
Que andar libre por Euskadi,
disfrutar de su verdor,
decir mil gilipolleces
sin que haya oposición,
aclamado de mesías
con fervoroso fervor
y a resguardo de las balas...
es un momio del copón.
Si es Javier salud de Euskadi,
fiebre, diarrea o tumor,
no es un asunto muy claro.
La propia Constitución,
que él rechaza, le protege
la libertad de su voz
y de análisis profundo
en su barullo interior;
que no es posible sacar
sus entresijos al sol
por ser éstos de conciencia
y ser libre la expresión
en la extraña democracia.
¡La madre que le parió;
que supuso estreñimiento
y, en realidad, le cagó!

                                   (14 de Abril de 1998)


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